LA GESTION EN LA SANIDAD PÚBLICA Y LA HUELGA DE LOS MIR
Hace unos días escribía sobre el escaso mérito profesional con el que llegaban o nombraban a los gestores de la Sanidad Pública (en general todos los gestores públicos).
La estrategia del político de turno estriba en atribuirse los éxitos y todas las circunstancias positivas, dejando las negativas para “la oposición” “las coyunturas internacionales” la poca productividad y la irresponsabilidad del trabajador.
El Partido político que nos gobierna en Andalucía (y en España) cada vez mas Partido, menos socialista y, ahora, seguramente se dará un baño de “españolidad” cuando pacte en el País Vasco con el otro gran Partido, lleva acercándose hacia la derecha desde hace unos años, seguramente cumpliendo la teoría que en materia económica dice que dos chiringuitos situados en los extremos, por ejemplo, de una playa acaban acercándose hasta juntarse para dividirse la clientela o quizá por la ideología que profesaban sus progenitores.
El primer paso fue suprimir el “marxismo” de su ideario político y el ultimo utilizar unas de las mas crudas, por reales, criticas de Marx hacia el “capitalismo” de su época: Decía que el capitalismo necesitaba “un ejercito de parados” para justificar ofrecer salarios a la baja y contener o anular los derechos del trabajador oprimiéndolo y amenazándolo con dejarlo sin empleo para sustituirlo por otro “miembro de ese ejército”.
El Servicio Andaluz de Salud justifica muchas de sus medidas con la falta de médicos: Permite la inmigración de médicos extranjeros, fundamentalmente sudamericanos, con relajación en la convalidación de títulos; contrata a médicos que terminaron sus estudios de Licenciatura después del año 95 y que por Ley no pueden ejercer sin haber realizado la especialidad vía MIR, en base a ese déficit de médicos, mientras mantiene ese “ejercito de parados” en este caso virtual (porque son un pequeño núcleo) y en precario (contratos al 60%) para mantener la “opresión y la represión empresarial”.
Bajo ese mismo pretexto pretende que los MIR de años superiores al primero, trabajen como médicos en las Urgencias, con el único objeto de utilizarlos como mano de obra barata, puesto que su escasísima formación profesional gestora y su exponencial incremento de autoritarismo, solo encuentra una formula para “reducir el gasto sanitario”: Intentar vencer porque es incapaz de convencer.
Si consiguiera reducir el gasto sanitario, alguien podría argüir que el fin justifica los medios, pero es que consigue todo lo contrario: Un incremento imparable, y por ende, descontrolado del gasto, el descontento de todos los médicos y la insatisfacción del ciudadano… aunque siga votándoles, quizás por aquello de que “el otro es peor”.
Han querido tensar tanto la cuerda que se les está rompiendo en añicos: Han llevado a los MIR a la huelga (se han ahorrado unos dinerillos de salarios) pero han creado una alteración en la atención al ciudadano que debiera ser el principal objetivo de los administradores públicos.
Pero han conseguido algo mucho más importante y negativo: Han sacado a la luz pública que el sistema sanitario depende excesivamente de los MIR, han resaltado que son médicos en formación y que necesitan ser tutorizados por médicos con más experiencia… que no tienen, o sea, están aireando que los ciudadanos están atendidos por profesionales que no tienen formación, lo que no puede tranquilizar al usuario de la Sanidad Pública.
El efecto rebote es mayúsculo: El paciente, que solo ve batas y pijamas blancos, es difícil que distinga “quien es el que sabe y el que no sabe” con lo que su desconfianza, es natural que vaya creciendo con lo que aumenta sus visitas a las urgencias en la “esperanza” de que “le toque el que sabe” al mismo tiempo que exige, a veces de no muy buenas formas, la realización de pruebas complementarias (TAC…)con lo cual aumentan todo tipo de demandas que representan, básicamente, la espiral de incremento irreductible del gasto sanitario.
O sea, como siempre, la consecuencia es minar la autoridad del médico y el derrumbamiento del sistema público de salud, de una forma irresponsable.
Si no fuera su intención usar al MIR como mano de obra barata, podrían negociar con los MIR de últimos años alguna guardia extra (además de las necesarias para su formación) pero pagadas (todas) al precio de un Adjunto de Area, con lo que es posible que muchos lo hicieran con mas voluntariedad, por lo justo, o al menos crecería la autoridad moral de los gestores.
¿Hay alguna coherencia en que un Licenciado en Medicina, que ha terminado sus estudios después de 1995, que, como decía antes, no puede ejercer su profesión, sin la especialidad, según la Ley, igual que los extranjeros que nos llegan, que lo hacen sin formación MIR, puedan ser habilitados por esa falta de médicos y cobren un salario de médico adjunto, muy superior a los MIR. Y estos con una oposición aprobada, con 2-3 años de experiencia hospitalaria, cobren el 50 % de los “sin formación”?.
Esta es la coherencia, la congruencia y la línea de gestión que siguen los que, cada vez entiendo menos, son nombrados ¿a qué fin? por nuestros electos representantes.
Eso sí, sus salarios y productividades están a la altura de los “mejores del mundo” de los más cualificados ejecutivos de las grandes multinacionales.
Dice la Norma Suprema Española: Tratar al igual como igual y al desigual como desigual. Si el MIR de 3º, 4º o 5º año rinde igual, tiene que percibir el mismo salario. De paso podrían demostrar que entienden el sometimiento de los Poderes Públicos al imperio de la ley y hasta de la Constitución Española.
Es posible que esto no sea “medicina santa” pero es el primer paso, imprescindible, seguro.
Manuel Pérez
Medico y Economista.
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