jueves, 16 de julio de 2020

LAS MENTIRAS ABSOLUTAS


LAS MENTIRAS ABSOLUTAS
Es difícil calificar algún hecho como “mentira absoluta” pero la única institución que puede conseguirlo es “el político”. La política es la actividad, diseñada para ser la más noble que puede desarrollar el ser humano: Unos ciudadanos elegidos por sus conciudadanos para representarlos y “luchar” por conseguir los mayores beneficios de justicia y bienestar para ellos y donde el individuo puede desplegar todos sus conocimientos, sus habilidades,  sus inquietudes y su arte para beneficio del prójimo.
¿Y en que han convertido todo esto, por arte de magia o birlibirloque o de los dineros? : En la actividad más sucia y miserable que puede desempeñar el ser humano; más propio de psicópatas que de seres humanos racionales. Es verdad que son elegidos, como decía antes, por todos nosotros, pero no es menos cierto que, llevados por la esperanza de conseguir nuestros anhelos, votamos a los monigotes que nos ponen en el escaparate  “nuestros amos” el poder económico, los medios de comunicación y toda la maraña de indeseables que pululan en esos menesteres.
Decimos, que “son todos iguales pero unos mas iguales que otros” pero, naturalmente, cada fanático dice que los  menos iguales son los suyos ¡¡¡Viva la autocrítica!!!.
En relación a la pandemia, es cierto que el gobierno “fascista” ha actuado sin contar con el resto de fuerzas políticas, cuestión que me resulta “inconstitucional” pero nadie lo ha llevado al Alto Tribunal para lo que están facultados los grupos políticos.
Y luego están los fascistillas, los destructores de todo lo que pueda funcionar: El gobierno para instaurar el Estado de Alarma, ha tenido que contar con  los votos de las demás fuerzas políticas, por lo tanto podían haberle puesto las condiciones necesarias para no permitir el monopolio de la acción y, si no, a los 15 días votar en contra.
Pero claro, era un riesgo si las cosas no salían bien y se disparaba la mortalidad y la morbilidad, por eso los cobardes, traidores y fascistas típicos, optaron por decir amen a todo y luego intentar destruir al gobierno con todo el arsenal, incluso llamando al ejército, esa institución de parásitos que solo aparecen cuando huelen la carroña, o al menos eso es lo que piensan de ellos los fascistas que lo invocan.
Y si no es cierto lo que digo, le está faltando tiempo a los militares para decirlo: Que ellos están al servicio del pueblo y no al servicio de cuatro energúmenos que, como en el 36, intentan acabar con la paz y la prosperidad de España.
El gobierno debería haber informado con honestidad y verdad, y eso solo lo deberían haber hecho los profesionales de la salud, los médicos, pero los que están al pie del enfermo y cuyos portavoces deberían haber sido elegidos, democráticamente, por sus compañeros en cada hospital.
Y la oposición exigir su participación en la información con “sus médicos” en relación con sus cuotas y si el gobierno no lo aceptada votar en contra o acudir al Tribunal Constitucional.
El Alto Tribunal no habría fallado en contra de que se exigiera una información fidedigna, pero no aceptará que “intenten meter en la cárcel a todos los socialcomunistas.
El ejemplo más claro lo tenemos en la Autonomía más fascista y menos solidaria de España. Madrid. Cuando ha dependido de ellos no quieren pasar a la fase 3, cuando antes pedían pasar a la 2, en contra de la opinión de sus médicos y del gobierno socialcomunista (que dicen ellos).
Y como este artículo estaba escrito desde hace unos días, los hechos están confirmando el “camelo”: Nos están preparando para “confinarnos cuando a ellos les venga en gana”. Lo aclararé en otro escrito.
Manuel Pérez
Médico, Economista y Abogado.