LA REFORMA LABORAL
Estamos oyendo desde hace varios meses que la única salida de la crisis que nos azota, es la Reforma Laboral. Algunos hasta se ponen la etiqueta de Economistas y hablan, además, de bajar los impuestos y revisar el gasto social, para reducirlo.
Ninguno formula una idea básica: La economía no es un fin sino un instrumento para conseguir el bienestar de los pueblos, tanto desde el punto de vista individual como colectivo, en el sentido de que un parado, además de no poder comer, deja de consumir, bajaría la producción, el empleo y genera una serie de problemas psicológicos, agresividad, etc. que va a repercutir en la perdida de bienestar de su alrededor, dependiendo siempre de un proceso multiplicador para expandirse cuan reguero de pólvora por toda la sociedad.
Otra gran y genial idea: Una gran bolsa de “frustrados por trabajar hasta la eternidad” y otra gran bolsa “frustrada porque no pueden trabajar o hacerlo inestablemente hasta los ¿40 años?..sin proyecto de vida, sin formar familia,…
Nuestra Carta Magna habla de un Estado Social y de Derecho y, en consecuencia, toda la economía, incluida la propiedad, está sometida a la función social: Si somos tan “constitucionalistas” sobre todo cuando se “habla de Cataluña y Euskadi” cumplámosla en toda su extensión.
La primera medida es repartir el trabajo y controlar los precios del suelo apoyándose en la legalidad vigente, o sea, ajustar los salarios posibles a los precios de todos los bienes: Todo esto amparándose en la legislación vigente. Si hubiera que legislar seria mínimamente y tampoco sería un gran obstáculo: Es de las poquitas cosas que estos políticos hacen con facilidad: Leyes para después no hacer que se cumplan (y por supuesto para no cumplirlas).
Si, además, quieren reformar el mercado del trabajo, adelante: El empresario lleva razón, la empresa, no es un agente económico de beneficencia sino de creación de riqueza, siempre con la limitación “Social” que marca nuestra Constitución.
La primera medida sería instituir el despido libre, sin indemnización para el trabajador: A mí me parece que es una medida necesaria. Pero la decisión de despedir no puede dejarse en manos del empresario, arbitrariamente, que, de momento, no tiene credibilidad, en líneas generales, de equidad y buen hacer: Como he dicho en alguna ocasión lo único que han hecho a la perfección es esquilmar las reservas empresariales y matar la gallina de los huevos de oro para sacarle los últimos y pequeñitos. Y eso no es hacer empresa sino avaricia.
El Ordenamiento Jurídico tiene inventadas, aunque no funcionen, las instituciones que van a colaborar con el empresario, quitándole responsabilidad moral, en la tarea de decidir los despidos: Es el Comité de Empresa, elegido libremente por los trabajadores: El empresario somete al criterio del Comité de Empresa la regulación de la plantilla y si hay causas objetivas se acepta el despido: El trabajador pasa a obtener una pensión digna hasta que encuentre o le faciliten otro trabajo.
El empresario cuando se recupere de la crisis volverá a contratar a los mismos trabajadores, si están en el mercado, por el orden, inverso, que los despidió: de esta forma se evitan los despidos por represalia, contra los “respondones y conflictivos”.
En todo caso el sistema impositivo ha de ser persuasivo para quien trabaje más de un determinado número de horas que serian variables en función de la situación económica. Utilizar las magnitudes marginales: Cada hora de más trabajada, impuestos superiores a los ingresos: Principio y deber de solidaridad que diría la izquierda… y los católicos “ que escuchen al Papa cuando dice: Es pecado el enriquecimiento exacerbado: A ver si presionan para convertir el pecado en delito.
No es que sea fácil, es que es facilísimo: “Solo falta convencer y formar al empresario para dialogar, para convencer…para ser un buen empresario y no un mal amo. Convencerles de que el mundo, sin ellos, también subsistiría. En estos momentos, por la posición que ocupan en la jerarquía social: LOS EMPRESARIOS ESPAÑOLES SON EL PROBLEMA DE ESPAÑA (los 15 o 20 que controlan “el mercado”.
No es que el sistema capitalista este acabado, que no tenga respuestas…es que hay que humanizarlo, hay que gestionarlo y, sobre todo, plantearnos lo que hacemos aquí, en este valle…de lo que sea.
Tenemos un país precioso, un paisaje maravilloso, pero el paisanaje, Dios mío.¡¡¡que paisanaje!!!.
Manuel Pérez
Medico y Economista.
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