EL DEFICIT ECONOMICO DEL SISTEMA SANITARIO
Acabo de leer una noticia en Diario Medico, que se hace eco de unas declaraciones de la Consejera de Sanidad de Cataluña, Dª Marina Geli, partidaria del copago, en vísperas de una reunión para el Pacto de “Sostenibilidad”. Se queja de que está sola en la idea.
Es un problema recurrente que ella, es verdad, aviva continuamente, porque si finalmente sus tesis se adoptan (es difícil) los laureles serán solo para ella, que, en definitiva, es lo que buscan todos estos políticos, unos por su ya publicada y pública ineptitud (por falta de experiencia) profesional y otros por miedo a contravenir y contradecir el pensamiento y/ o la estrategia de sus jefes (que a veces parecen amos).
Y no es baladí, es humano, porque cuando una persona obtiene tanta recompensa con tan poco mérito, intuye (no sé si sabe) que esa oportunidad no va a volver a presentársele y todo su tiempo lo utiliza en no “molestar al jefe”. Si Mr. Peter hubiera tenido que definir su teoría ahora (lo del principio de Peter) no habría tenido éxito porque todo el mundo sabe que los políticos están en su nivel de incompetencia.
El recurso a modificar, la cuantificación y cualificación del copago, está en el animo y en boca de todos los gestores responsables, jefes de servicio y profesionales de la salud: Todo el mundo se apunta a lo fácil y a lo rápido: Si hay delincuencia, pena de muerte; si hay déficit económico que paguen más, sobre todo los económicamente mas débiles, que son ¿causalidad? los socialmente mas vulnerables: “Pero aunque todo el mundo piense lo mismo y una mentira repetida miles de veces pueda parecer una verdad en este caso no lo es, es simplemente una mentira interesadamente inútil”.
Es verdad que por el mismo razonamiento de que no existe la verdad absoluta podría decirse que tampoco existe la mentira absoluta y, es obvio, que si los mayores pagan sus medicamentos y sus estancias hospitalarias el problema se acabaría, (podría llegarse al 100 % si una primera subida no es suficiente) y seguirse con que una persona solo pudiera ser atendida hasta el limite de lo cotizado y así sucesivamente, hasta su reducción al absurdo, porque una cosa conseguiríamos, seguro: Muchas personas no recibirían la atención adecuada, unas porque no tendrían recursos suficientes y otros porque no considerarían necesario “gastar dinero en sus tratamientos”.
Todas esas soluciones son, radicalmente, inviables moral y técnicamente, además de ineficaces; aparte de dañar, irreversiblemente, el principio de solidaridad, uno de los pocos principios que, actualmente, enaltecen y pueden “sostener” nuestra condición de seres humanos.
Cierto que los recursos son limitados y hay que tomar medidas, que no son urgentes sino “emergentes” y la prueba es que las Administraciones ocultan la evolución del gasto en Sanidad. Hace unos meses un alto cargo de la Consejeria de Sanidad Andaluza decía: “Hay un estudio que habla que en 2017 el gasto de Sanidad igualará al gasto total de la Junta (de Andalucía) pero es una función que se estudia en 1º de Económicas y es mentira”. Esos son sus conocimientos sobre una función estimativa de evolución del gasto.
Esa es la formación que tienen nuestros gestores, y era de los mas altos… así que si miramos para abajo… virgencica, virgencica…y como no saben mas pues ocultan la realidad.
Y las únicas medidas que aplican son la represión y el mal trato al personal sanitario, especialmente a los médicos, con “ejercito de parados virtual” incluido, para una mejor y más placentera represión, una utilización del MIR como mano de obra barata y la creación de esos Entes “de gestión privada” diseñados y gestionados por individuos que en la empresa privada no llegarían ni a meritorios. Y amenazan con el copago y con las 65 horas semanales.
Hay soluciones pero hay que empezar por las mas fáciles que, además en este caso, son las mas eficaces: Quieran los políticos o no quieran, la Ley General de Sanidad (y no puede ser de otra forma) describe dos piezas fundamentales en el Sistema de Salud: El usuario (paciente, cliente…) leiv motiv del sistema, y el médico, quien con su firma obliga a que ese sistema gaste todos sus recursos (incluidos los relacionados con las infraestructuras, mas o menos directamente).
“Los votados” cuestión importantísima, sobre todo para los españoles, y necesaria pero no suficiente, ni siquiera “en democracia” porque las leyes en un Estado de Derecho, dicen que los Partidos han de seleccionar a los mas preparados, son solamente colaboradores que tienen que aportar lo necesario para que “los dos pilares fundamentales” desarrollen su actividad y sus derechos con la mayor eficacia y bienestar posibles.
Hay que recuperar y potenciar la autoridad del médico en lugar de reprimirle y ningunearle. Hay que recuperar la dignidad del médico en relación al usuario y se deben estructurar y discutir en las sesiones clínicas los métodos de trabajo y todos los eventos diarios con objeto de unificar criterios y racionalizar las actuaciones, cosa que se hace, pero poco estructurado y con excesiva aportación y desgaste personal que resta operatividad y eficacia.
Solo con conseguir que el médico tenga libertad plena (que es lo que dice la Ley General de Sanidad) libre de coacciones (de usuario y de “gestores) con el “único” bagaje de sus conocimientos científicos, sería espectacular la reducción del gasto sanitario y, seguro, que sería el núcleo de una racionalización del gasto.
¿Que ocurriría si los apoderados-representantes de un Banco (Director, Interventor) los que con su firma obligan a la Entidad , tuvieran la facultad de dar prestamos sin que sus superiores pudieran negárselo, que estuvieran mal tratados y que ante la presión de los clientes tuvieran que ceder a sus caprichos (prestamos)?. Intuitivamente podemos decir que seria la quiebra del Banco en cuestión, que seria un caos absoluto: Eso es lo que es la Sanidad Pública, donde se habla de “déficit y no de quiebra”.
No se trata de gastar menos pues tenemos que llegar al porcentaje PIB de nuestro entorno (yo diría que debería ser mayor) sino utilizar mejor los recursos e invertir en la salud bucodental de todos, y en residencias de 2ª y 3ª intención para el bienestar de nuestros mayores (por ellos estamos aquí) y de otros sectores también necesitados. Pero ¿Quién se atreve a aumentar la cartera de servicios del Sistema Público de Salud actualmente?: UNA BUENA GESTION.
Manuel Pérez
Médico y Economista.
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