Hablamos los médicos de la necesidad de
“atar a un paciente” cuando por su situación (Alzheimer, etc) es peligroso
mantenerlo encamado solo con vigilancia visual, porque el mínimo descuido puede
producir un accidente de consecuencias imprevisibles que ensombrezcan el
pronostico.
Las ataduras pueden ser físicas ( con
vendas o correas) o farmacológicas (fármacos que seden en distintos estadios).
Con todo el dolor de nuestro corazón, damos
las instrucciones pertinentes con la conciencia de que nuestro objetivo es
evitar males mayores.
Igual que los políticos, en contubernio con
las fuerzas vivas del Estado Español:
Ante la mínima manifestación, toman medidas para “atar” con “su”
policía, sin explicar en qué se beneficia a los manifestantes.
Y la “atadura” farmacológica la realizan
“expulsando” a los estudiantes “torpes” y pobres de la enseñanza,
convirtiéndolos en ignorantes, mucho mas fáciles de manejar, e inmunodeprimidos
socialmente y desesperados por la incertidumbre. Y de esta forma están
obligados a aceptar las ofertas de “trabajar por lo que los listos estén
dispuestos a pagarles...aunque ellos lo disfracen de productividad".
No nos explican los males mayores que
quieren evitar...y solo nos dejan ver que su único objetivo es marginar a los
“pobres” para convertirlos en sus “criados” cuantos menos derechos
mejor...claro, los socialistas que tienen “secuestrado” al PSOE, con el rollo
de la brillante transición, han permitido la propaganda del tardofranquismo,
mas o menos disfrazado, en el sentido de que el Estado franquista era “el
bienestar absoluto” y la culpa de todos los males de España: El socialismo, es
decir, los rojos masones...de siempre.
En algo se parece esta situación a la que
vivimos en el franquismo: TODO ATADO Y BIEN ATADO.
Manuel Pérez
Médico, Economista y Abogado.
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