Queridos compañeros: Cada vez me parece más increíble la orientación que los dirigentes de nuestro Partido están dando a la solución de “la crisis” sobre todo el poco respeto que se le tiene a los SEIS MILLONES Y MEDIO de votantes que parece que no existen, que no quieren ver las bondades del partido derechón, ni en pintura. Y solo oímos “(…) los españoles quieren un cambio de gobierno, anticipo de elecciones, medidas estructurales (…). Pero ¿Qué españoles? Desde luego no los seis millones y medio.
La fórmula magistral de Alfredo, al menos en las encuestas, no parece haber tenido éxito, pero seguro que será rentable para los que apoyaron esa idea que querrán mantener el sillón y el “chupeteo”.
Personas que quieren resolver ecuaciones diferenciales sin haber aprendido a sumar: A nadie se le ha ocurrido (tampoco a los genios mundiales que siguen los dictados de sus amos) resaltar el componente psicológico de la crisis: Los deseos de consumir están intactos; los de producir igual y el dinero… no se ha evaporado (y es un rollo lo de los paraísos fiscales). La política monetaria la marca el Banco Europeo…pero la controlan los Bancos.
La reforma (inútil) de la Constitución no va a aportar nada… excepto recortes sociales, privatizaciones, transferencias de servicios fundamentales (enseñanza, sanidad,…) a las manos privadas, o sea, lo que no quieren los seis millones y medio.
Puestos a reformar la Constitución: ¿Por qué no se constituye una Institución de Garantía de los desmanes de los políticos, ya que ellos no han sabido autorregularse: Se me ocurre transformar y utilizar el Consejo de Estado: Presidido por el Rey, flanqueado por los Presidentes de los Tribunales Constitucional y Supremo y compuesto por jueces y profesores universitarios; todos elegidos vía democrática y constitucional (el constitutivo podría ser por consenso y por sufragio universal sucesivamente): Para controlar el rigor de los Presupuestos y el cumplimiento de los programas electorales de los Partidos, o sea, para garantizar la separación entre el poder ejecutivo-legislativo y el judicial, como máxima garantía del ciudadano débil contra las mayorías electorales. Debería haber penalización, gradual, para los incumplimientos.
Por lo tanto la única solución que vislumbro:
1.- En base a mi demanda judicial, anular la proclamación del candidato.
2.- Aplazar las elecciones al máximo (Ha habido otros incumplimientos más graves).
3.- Formar un gobierno “de personas capaces”.
4.- Nombrarme (a mí) Vicepresidente 1º y después que dimita el Sr. Zapatero, pero que siga como Secretario General (haríamos un buen equipo).
¡¡¡¡¡Ganamos las elecciones!!!!!
Salud y suerte… espero que para los seis millones y medio, también.
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