EL CRIMEN DE
CUENCA
No son cosas de las que me guste escribir, pero este caso
tiene algunas connotaciones que quiero reseñar.
La primera, es mi vinculación con la ciudad y con la zona,
donde solía ir a bañarme con frecuencia, y la segunda llamar la atención sobre
la responsabilidad de padres y familiares en general.
Los familiares del presunto culpable, han emitido un
comunicado durísimo, bien acogido por la prensa, pero para mi es reprochable o,
al menos, analizable. A un hijo, hermano, etc. no se le puede despreciar tanto,
ni desearle todo el mal del mundo. Para empezar, el diablo no tiene nada que
ver, y la mala demencia, menos. Demencia es una disminución de las cualidades
intelectuales, con nula relación con las psicopatías. La familia demuestra muy
poca empatía con el, casi la misma que él ha demostrado con sus victimas. ¿Podríamos
hablar de genética?.
Pero es mas grave todavía: ¿Sabia la novia, por boca de su
familia, que su hijo (o familiar) había estado en prisión por un delito
similar? ¿lo sabia la amiga?. Me temo que no, y ahí esta la gran
responsabilidad familiar: Menos comunicados ahora y más información antes.
Si la novia hubiera conocido los antecedentes, dudo que
hubiera estado con él, 5 años, y en todo
caso haber ido a recoger cuatro trapos después de romper la relación, porque,
sin saberlo, le daba miedo. Estoy seguro que la amiga no habría ido sin
precauciones mayores.
Alguna vez habrá que analizar en profundidad, la
responsabilidad de los padres (familiares) en todos los delitos, por la
educación que damos a nuestros hijos y por no denunciar sus actos cuando los
consideremos peligrosos: Ahora lo vemos todos pero antes…solo ellos.
Aquí incluyo a todos
nosotros. Cuando presenciamos el maltrato a los niños y a las parejas por la
calle, leve, moderado o severo, nos callamos para evitarnos problemas.
Otra cuestión al hilo de esto: Esa idea de los padres de
educar a los hijos “cada uno con sus principios” o como dicen algunos “como nos
de la gana” no solo no es un valor absoluto, sino que es falso. Seria verdad si
los hijos no salieran nunca del entorno (o debajo de las sallas) de la madre,
pero en cuanto esos niños se van a interrelacionar con el resto de la sociedad,
se pierden muchos grados de libertad de educación.
Manuel Pérez
manuelperezprimarias.blogspot.com
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