EL DEFICIT
PUBLICO Y LA “BAJADA DE IMPUESTOS”
Siguen los periodistas-voceros de la derecha y Don Aznar, pidiendo una reducción de los
impuestos con “objeto” de relanzar la economía. Lo extraño es que la pléyade de
economistas, que disponen de muchísimos minutos televisivos, no ejerzan una
labor pedagógica, al menos unos minutillos.
Vocablos como patria, bandera, democracia, libertad, estado
de derecho…hace mucho tiempo que me resultan nauseosos….en boca de ésta gente.
Ahora la prensa ultraderechista (la de las soluciones iluminadas franquistas) “critican” a John
Maynard Keynes, y los más indulgentes “dicen” que “ahora no escribiría lo
mismo”, es decir todo lo que no concuerda con sus “ideas” es equivocado: Lo
típico de una idea delirante.
Es tan completa y exhaustiva la teoría keynesiana, que sus seguidores y detractores, solo han
conseguido completarla minimamente: Nadie, ni los más brillantes economistas
(me refiero a los premios Nobel) han diseñado una teoría completa sustitutiva.
Los defectos que algunos le ven, son consecuencia de que los grupos de poder
que toman las decisiones están deformándola, no les interesa distribuir la Renta,
según la teoría keynesiana, y van poniendo
parches “en su beneficio” cada vez con menos intención y congruencia para el
bienestar colectivo.
Los Presupuestos Generales del Estado se confeccionan (y confeccionaban)
todos los años, con objeto de rectificar pronto las desviaciones y errores que
puedan producirse. Se parte del Gasto/Inversión, del año anterior, que, se supone, son los mínimos,
en un Estado Social y de Derecho; y luego los ingresos (impuestos y similares)
para cubrir el egreso. Si el ingreso se presupuestara igual al Gasto, nunca habría difícil, pero la
Renta Nacional se mantendría constante, no crecería. Para que crezca el Gasto/Inversión
tiene que ser superior al ingreso, es decir, los presupuestos se calculan con
déficit y se financia con préstamos “con la esperanza de que el crecimiento
produzca más ingresos y se equilibre finalmente el presupuesto…con una Renta más
alta.
Por lo tanto, para hacer presupuestos en equilibrio los
impuestos tienen que ser más altos para igualar los ingresos/impuestos al
Gasto/Inversión, si queremos mantener un gasto/inversión para redistribuir la
Renta de manera equitativa, es decir, para preservar la dignidad de las
personas salvaguardándolas de la codicia y avaricia de unos pocos: Para eso
sirve el Sistema Fiscal.
Es decir una “no subida” de impuestos opera de manera
similar a una bajada de impuestos. Y como se ha puesto en evidencia, no ha
funcionado: Bajar impuestos solo significa más déficit o menos protección
social. Es de manual. Está claro que es una falacia o es inviable la propuesta
de la derechona…si se quiere proteger a los más desfavorecidos por la cuna, por
la suerte o por los déficits intelectuales.
Es tan miserable socialmente y tan intelectualmente invalido
el razonamiento de la derechona que solo parece destinado a engañar a los
débiles mentales que les votan (me refiero a los votantes pobres, suyos) porque
el fracaso de las “bajadas de impuestos” es claro.
En 1992 (Maastricht) la Unión Europea decidió que era
insoportable la situación porque no había recuperación “postdeficits
presupuestarios” y estableció el máximo porcentaje de déficit en el 3 %:
Entonces yo estaba ya en la Medicina y no leí con detalle las normas y mi
sorpresa fue mayúscula cuando, recientemente, me entere de que era el 3 % anual
(en lugar de 3 % total) o sea cada año un 3 %, lo que al cabo de 20 años, el
déficit podía ser un 60 %, sin contar con las trampas que han hecho todos los
gobiernos.
Lo que Keynes describía como “cebar la bomba” unos años a
ver si funcionaba y se compensaban los déficits por más ingresos al aumentar la
demanda agregada, e ir rectificando (por
algo la ley de PGE se hace cada año) se ha convertido en un monstruo (como los
de los cuentos de hadas) que amenaza con destruir al “pueblo”. Pero no derivado
del sistema-déficit sino porque los avariciosos poderosos aprovechan que el “Pisuerga
pasa por ahí”.
Lo fundamental es que todo el dinero que “debemos” lo “hemos
gastado nosotros” nadie nos ha obligado, y tenemos que “pagarlo nosotros”: Lo
justo sería pagarlo en función y proporcional al “trozo de tarta” que cada uno
se ha comido, ni más. ni menos, que lo que se hace ahora pero con más equidad y
justicia social: El que más cobra paga más impuestos. Es fácil, se sabe la cuantía
de la deuda y hay que repartirlo en base a los dineros que le ha correspondido
a cada individuo o agente social, tanto si se lo han llevado ilegal, legal pero
inmoralmente, o por cualquier otra causa.
Es decir, los ricos empresarios y poderosos económicamente
se han llevado el dinero y ahora dicen que no hay y que sigamos recortando
nuestros derechos para resolver la deuda.
Pero si no denunciamos las mentiras y la avaricia, y
teniendo en cuenta la avidez ilimitada de los más ricos, más listos, más
españoles y más patriotas, ausentes de autocrítica ¿Cuál será el futuro?.
Al menos tenemos que decirles (yo les digo) que no somos
gilipollas, que, al menos, nos digan dónde va a estar el límite de su presión,
en qué punto van a dejar de recortarnos derechos, libertades y bienestar…para
que podamos resignarnos en un estado con certidumbre, aunque sea mínimo, pero
que nos dejen tranquilos.
Todo para que “los capitales no se vayan fuera y podamos
financiarnos” porque si “ellos se van” se supone que se llevan, además de los
billetes, las casas, las tierras, las naves industriales, las materias primas
(arena, cemento, cal,…).
Yo creo que habría que echarlos, antes de que se vayan, con
las “casas a cuestas y sus bártulos” algo similar a las recomendaciones de los
terapeutas a las personas maltratadas, en relación a sus maltratadores “Que se
vayan por mucho que os quieran y por mucho dinero que ingresen; ya veréis como
viviréis mejor, con menos dinero, pero más tranquilas,…
Por todo esto, España es un país de mierda (igual que Grecia,…).
Manuel Pérez
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